Los comienzos son siempre complicados, no importa el qué, ni el dónde ni con quién. Siempre que se empieza algo, uno se siente un poco perdido. En el coleccionismo, pasa exactamente lo mismo. Al menos, en la mayoría de los casos.
No es habitual tener entre tus amigos un coleccionista de juguetes, que te guíe en tus comienzos, de hecho, es normal no tener ningún coleccionista de ningún tipo entre tus amistades más cercanas. Y el momento en el que empiezas a coleccionar se debe en muchos casos a un arrebato de nostalgia, al ver una pieza que te resulta familiar en una juguetería o bien a través de Internet. Esas ganas hacen que finalmente, tengas entre tus manos aquello que deseas. Y entonces empieza todo con una pregunta. ¿Y ahora qué?
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